No solo hay que serlo, sino también parecerlo

Por: Gabriel Berczely
15 Jul 2021

Hace unas semanas un medio periodístico publicó un título que decía: “El incómodo momento en que el presidente de la CMF tuvo que reconocer que la presidenta de las AFP es su cuñada”. Se trataba de Joaquín Cortez, Presidente de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), casado con Cristina Cox, hermana de Alejandra Cox Anwandter, Presidenta de la Asociación de AFP, y esposa del economista Sebastián Edwards, Director de Moneda Asset Management. Esto ocurrió en una sesión de la Cámara de Diputados en la cual se analizaba el rápido ascenso de Volcom, vinculada al hijo del Presidente Piñera, y las inversiones cruzadas entre Moneda Asset Management, AFP Habitat e ILC.

La incomodidad viene aparejada por el potencial conflicto de interés que puede existir entre la CMF, las AFP y Moneda Asset Management. Si bien las AFP están supervisadas por la Superintendencia de Pensiones, en la propia página de la CMF se menciona la relación que tiene con las AFP como demandante de valores a través de los fondos que administran, razón por la cual están inscritas en su registro de valores. Por otra parte, la CMF tiene una directa supervisión sobre Moneda Asset Management, en su calidad de Administradora General de Fondos.

En definitiva, Joaquín Cortez, responsable de regular y supervisar al mercado financiero, bancos, corredoras de bolsa y fondos de inversión, tiene vínculos de familia con la Presidenta de la Asociación de AFP (cuñada) y con uno de los Directores de Moneda Asset Management (concuñado), entidad que a mayo del 2021 manejaba inversiones de las AFP por más de 3.000 millones de dólares.

Esta relación familiar indudablemente abre la puerta a cuestionamientos por potenciales conflictos de interés, tráfico de influencias y/o uso de información privilegiada. Cuando planteé este tema en un chat de economistas y políticos del cual soy parte, la reacción de algunos fue que Cortez era un excelente profesional, y que no era sano presuponer malas intenciones de un gran profesional, correcto e intachable, que más encima aceptó un cargo público, relevante para el país, renunciando a funciones bastante más cómodas y mejor remuneradas. Tampoco era sano para las instituciones donde estas personas ejercen un rol, porque al cuestionar la honorabilidad de quienes trabajan en ellas, se termina cuestionando la de la propia institución, lo cual tampoco es sano para una sociedad que termina condenando a las personas antes de conocer los hechos.

Comparto plenamente la opinión de que Joaquín Cortez, Alejandra Cox y Sebastián Edwards son excelentes e intachables profesionales que llegaron a esa posición por mérito propio, y que su trayectoria demuestra un actuar impecable, en el amplio sentido de la palabra. Pero ese no es el punto en discusión.

Si las instituciones y sus personas quieren alejarse de toda potencial incriminación, no solo tienen que serlo sino también parecerlo, como los santos. Porque al final del día, nos guste o no nos guste, los periodistas y los políticos, sean de izquierda o de derecha, serán los primeros en detectar y manifestar su inquietud acerca de potenciales conflictos de interés en las personas nominadas para un cargo del Estado, o de empresas que tienen relación con el Estado. Es parte de su trabajo.

En definitiva, aquellos que nominan a las personas que asumen un cargo, como así también quienes aceptan, deben tener muy en cuenta que no solo hay que serlo sino también parecerlo, y ante la menor duda, mejor no nominar ni aceptar. Habiendo muchas opciones en el mercado para nominar un Presidente/a de la Asociación de AFP, o de Director/a de Moneda Asset Management, es legítimo preguntarse si la nominación de las personas antes mencionadas no obedece a algún interés en particular, como por ejemplo, tener un santo en la corte.

Más que matar al mensajero que presenta la inquietud, es mejor evitar el hecho que da espacio a esa pregunta. Un excelente ejemplo de prudencia fue la renuncia automática de José Manuel Melero a la Presidencia de la Cámara Nacional de Comercio cuando su hermano Patricio asumió como Ministro del Trabajo, cargo que podía implicar conflictos de interés entre los hermanos. Ese acto fue muy celebrado, y nadie salió a cuestionar tal decisión argumentando la idoneidad profesional, o historia intachable, de los hermanos.

Por el contrario, la nominación y aceptación del cargo de Alejandra Cox como Presidenta de la Asociación de AFP y la de Sebastián Edwards como Director de Moneda Asset, es un muy buen ejemplo de falta de prudencia. Sin lugar a duda, existen otras alternativas para dichos puestos y otras alternativas profesionales para los nominados.

*Publicada en El Líbero

COMPARTIR:

Síguenos